Las materias primas utilizadas no deben contener parásitos, microorganismos o sustancias tóxicas, descompuestas o extrañas. Toda materia prima debe pasar por un control de acuerdo a los estándares de calidad estipulados por la empresa.
Evitar la contaminación cruzada consiste en evitar el contacto entre materias primas y productos ya elaborados, entre alimentos o materias primas con sustancias contaminadas.
El agua utilizada debe ser potable y se le debe medir diariamente el cloro y la dureza.